Las emociones son la mejor forma de conectar con el consumidor, y precisamente existe un tipo de branding que se enfoca mucho en ello para crear experiencias únicas: branding emocional. Conoce algunas ideas para desarrollar tu estrategia de branding emocional.
Índice de contenidos
¿Cómo se aplica el branding emocional?
Antes de revisar algunas de las claves para hacer una estrategia de branding emocional primero es importante entender el término y sus bases.
El branding emocional es una estrategia publicitaria cuyo objetivo principal es establecer una conexión emocional con el público; pretende estrechar el vínculo entre la empresa y el cliente a través de las emociones en lugar de la razón. Un branding emocional fuerte apela a los deseos, esperanzas, miedos y necesidades de los clientes, y transmite la sensación de que la marca defiende causas justas.
Este tipo de branding considera factores como el diseño, la psicología del color, aspectos éticos, el compromiso político y con fines benéficos y el marketing emocional. Se apoya de una serie de estrategias y recursos de marketing con el fin de conectar con las emociones del público.
Quienes confían en el branding emocional tienen la creencia de que lo que realmente vende es la emoción del producto, las sensaciones y sentimientos que genera su nombre o imagen de marca. Por lo tanto, cuando se crea la imagen de marca es fundamental integrar las emocione en el plan de marketing.
Las claves del branding emocional
Ahora que definimos y entendemos la esencia del branding emocional, es momento de revisar las claves de una buena estrategia de este tipo de branding.
1- Centrar el foco
La clave aquí está en pensar en la gente, más que en los consumidores. Uno de los secretos del branding emocional es la empatía (Apple la incluye dentro de sus principios). El enfoque está en pensar en experiencia más que en producto, en dialogo más que en información.
2- Compartir la comunicación
Este punto trata sobre tener una comunicación tan buen que la misma gente quiera compartirla con su círculo cercano. Compartir es la base de la nueva economía y al mismo tiempo la mejor promoción para una marca. La gente cree más en lo que los otros comparten y opinan que lo que las marcas cuentan.
El branding emocional tiene que ver con las relaciones y cómo la empresa fortalece esa relación con sus clientes, y que ellos se vuelvan embajadores de la marca.
Un ejemplo de buena comunicación es el caso de Dove con su campaña “Belleza Real”, que consiguió más de 170 millones de visualizaciones en YouTube, en solo un año.
3- Descubrir las válvulas emocionales
Para poder conectar a la perfección con el cliente, primero hay que descifrar cómo sería el cliente ideal (hablando de personas). Seleccionar tres o cuatro “válvulas” emocionales que pueden compartir, que tienen en común.
4- Contar una historia
Las marcas se construyen a partir de historias que importan (storytelling). Las mejores historias son las que continúan con nosotros una vez que cerramos el libro. Las organizaciones buscan que el cliente se acuerde siempre de la empresa. Para lograrlo, la historia de la marca debe provocar a la gente lo que se espera que sienta.
5- No a la indiferencia
No se trata de la información que se les brinda a las personas, sino del sentimiento que les queda. Construir un link ente el producto y las emociones de los clientes, y ese sentimiento perdurará.
Una marca que ejemplifica a la perfección este punto es BMW y su campaña “Te gusta conducir”. La temática de la campaña es el placer de conducir, sin mostrar ningún vehículo.
Ahora ya sabes el potencial del branding emocional, puede ser el método perfecto para conectar con tus clientes y que tu marca sea algo más que sólo un producto: sea una experiencia. Aprovecha todos los tipos de branding para hacer de tu marca una única que trascienda y permanezca en la mente del consumidor.