Contrario al mundo ideal que pintan las utopías, una distopía explora sociedades donde la tecnología y el gobierno tienen efectos nocivos para la sociedad. De esa forma, solo se promueve la alienación humana.
¿Cómo te imaginas el futuro? ¿Utopía o distopía? Ya existen varias innovaciones y algunos gadgets que, antes, eran inconcebibles. Artistas como Julio Verne, Isaac Asimov o Frank Herbert imaginaron aviones y satélites, carros y rascacielos; internet, wifi e Inteligencia Artificial.
Esas son las creaciones que nos benefician hasta la fecha. Pero hay otros autores que vieron otra clase de posibilidades futurísticas… más preocupantes. El problema es que tampoco son tan fabulosas e inverosímiles como antes.
Índice de contenidos
Hijos de hombres 
Desde Medio Oriente hasta Europa; y desde América del Sur hasta Estados Unidos, miles de personas están abandonando sus países natales. Buscan mejores oportunidades para vivir, a costa del gran peligro que pueden enfrentar, al cruzar la frontera.
La autora P.D. James lo imaginó en su novela Children of Men (Hijos de hombres), y Alfonso Cuarón también lo plasmó en su adaptación fílmica. En esta historia, la humanidad está amenazada por una epidemia de infertilidad que obliga a cientos de personas a buscar mejores condiciones de vida, antes del final.
Blade Runner
Renegamos mucho de la migración, aunque ha sucedido por siglos. No hay muchos países donde varios extranjeros no estén iniciando su nueva vida. Escuchamos sus idiomas y conocemos sus costumbres todos los días.
El mundo de Do Androids Dream of Electric Sheep?, y la adaptación Blade Runner lo exponen bien: países, idiomas, contaminación y marketing ya no tienen fronteras. ¿Y qué hay de la Inteligencia Artificial? ¿Podríamos reconocer a un androide, si lo viéramos?
1984
Disidentes como Ed Snowden desenmascararon varios programas de vigilancia gubernamental. Ahora, no sabemos quién nos escucha o nos ve; quién conoce lo que vemos, leemos o buscamos en la web.
El problema es que, la mayoría de las veces, no nos importa. Así empieza el relato de Nineteen Eighty-Four (1984). La novela narra las peripecias del editor Winston Smith, quien manipula las noticias para preservar el control del gobierno británico.
Fahrenheit 451
Otra cosa que ha cambiado es que ya no aprovechamos tanto el conocimiento de los libros… o lo hacemos a través de internet. Es más fácil llegar del trabajo, descansar y ver alguna serie de HBO.
Despues de todo, leer es aburrido, y en Fahrenheit 451 es hasta peligroso. En esta novela, los bomberos no apagan incendios. Los inician para quemar libros, dejando a la sociedad sin información, el principal medio para defender su libertad.
Wall-E
Ahora, el consume también forma parte de nuestros estilos de vida, pero deberíamos mesurarlo. Compramos y acumulamos productos que, a la larga, intervienen con el desarrollo y la salud del mundo.
La visión (cada vez más cercana) realista de la contaminación y el cambio climático está en Wall-E. Este filme de Disney demuestra que podemos vivir en una Tierra repleta de basura, solo si preservamos nuestro desinterés con televisión, comida rápida y otros objetos perecederos.
Un mundo feliz
La distopía más cercana es una donde confluyen todos los ejemplos anteriores. Sería Brave New World (Un mundo feliz) de Aldous Huxley. Ahí, es imposible vivir sin tecnología ni pantallas que nos conecten.
Todo es “Yo, yo, yo”. No necesitamos pensar ni leer, porque las regulaciones y el consumo pueden mesurar todo, sin restricciones. El mundo entrega garantías y libertad, a cambio de medios, publicidad, diversión y placer.
Ya los tienes. Busca estas novelas y películas si te interesar ver algunos efectos positivos (o negativos) de la tecnología en nuestras vidas. ¡Y feliz año nuevo!
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