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Contra la infoxicación: Cómo navegar en el océano de información actual

Aunque las tecnologías para almacenar información cada vez son más sofisticadas y asequibles, no hemos transformado la manera en que seleccionamos y procesamos el conocimiento. Por eso sufrimos de infoxicación.

Este término que refiere a la intoxicación (o el envenenamiento) por exceso de información. Fue acuñado por el experto en ciencia tecnología e innovación Alfons Cornella. Él pronosticó: “Por mucha tecnología que definamos o construyamos en los próximos años para resolver este problema, probablemente no lo resolveremos”.

Hoy tenemos acceso a, por lo menos, 18 mil revistas, 20 millones de sitios web y 2’400 millones de estaciones de radio online. Y todos los días se crean dos millones de páginas web. Estos datos dimensionan el alud de información a la que estamos expuestos. ¿Cuánto más será, si contamos los emails, tuits, mensajes privados, videos y las fotos que compartimos en redes sociales?

Umberto Eco aseveró: “Información infinita es igual a información cero. El exceso de información provoca amnesia”. Los datos empoderan, sí; pero ¿qué pasa cuando nos sobrepasan y somos incapaces de absorberla? ¿Qué tal si nos estresan y entorpecen nuestras capacidades de concentración y decisión?

Síntomas de infoxicación

  • Agobio y estrés por la cantidad de información que debes comprender.
  • Ansiedad y frustración por querer consumir todos los datos que miras en el día, y por la imposibilidad de lograrlo.
  • Desorientación e incapacidad para generar ideas, después de consumir demasiada información.
  • Disminución de la capacidad para resolver problemas.
  • Pérdida de atención y memoria.

A veces no somos víctimas del mar de información, sino que nuestros hábitos provocan la infoxicación. La revista Harvard Business Review presentó la forma en que algunos profesionistas gestionan su correo electrónico:

  • 40% admite que les provoca estrés.
  • 30% cree que empeora su calidad de vida.
  • 46 % se considera adicto.
  • 26% desearían borrar todos sus mensajes y “empezar otra vez”.
  • 60% lo revisan en el baño.
  • 15% lo consulta en la iglesia.
  • 11 % lo revisa mientras habla con algún familiar.
  • Algunos lo actualizan más de 100 veces al día.
  • Tardan 25 minutos para retomar la actividad que dejaron para revisar un mail
  • Visitan alrededor de 40 sitios web por día.
  • Cambian de tarea cada 3 minutos.

Internet democratizó la producción, publicación y el acceso a la información. El problema es que también se flexibilizaron los filtros de calidad (que antes permitían publicar información valiosa). Por eso, hoy abundan tantos contenidos que pueden ser irrelevantes, confusos o imprecisos… como es el caso de las fake news.

Guerra de ideas

En 2017 Tim Berners-Lee (creador de la World Wide Web) declaró que, para lograr que internet sea una herramienta benéfica, debemos atender lo siguiente:

  • Vigilancia gubernamental en internet.
  • El uso de Tecnologías de la Información como herramientas de guerra.
  • Diseminación de noticias falsas en la red.

Cada vez escuchamos más y más sobre noticias faltas (fake news, en inglés), una clase de periodismo amarillista o propagandístico que intencionalmente difunde información errónea, sobre todo en la web.

En las redes sociales se utilizan para crear ‘filtros burbuja’: personalización del contenido que cada internauta quiere leer (dependiendo de sus gustos o tendencias de búsqueda), ignorando elementos clave de ciertas noticias.

Pero ¿cuál es su intención? Confundir para dañar la reputación de empresas, entidades o personas; y beneficiar a otros individuos/grupos. Al respecto, Claire Wardle, colaboradora del portal First Draft News, identificó los siguientes tipos de fake news:

  1. Sátira o parodia: no busca dañar, pero sí puede engañar.
  2. Conexión falsa: el encabezado, o las imágenes, no sustentan el contenido.
  3. Engañosa: difaman temas o personas determinadas.
  4. Falsa: la información genuina se comparte fuera de contexto.
  5. Impostora: se disfrazan las fuentes falsas con datos genuinos.
  6. Manipulada: se manipula la información para engañar al lector.
  7. Fabricada: los datos son 100% falsos, se diseñan para engañar o dañar.

Identificar las noticias falsas de las reales es un nuevo e importante problema de la era digital. Para combatirlo, te compartimos algunos tips para identificar la información real de al fraudulenta:

Consulta el listado de sitios desconfiables de la Universidad Merrimack, en Massachusetts.

  • Recomendaciones de la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecas y Bibliotecarios:
    • Considera la fuente para entender su propósito.
    • Lee más allá del encabezado para entender la historia.
    • Investiga a los autores para garantizar que son veraces.
    • Evalúa las fuentes para sustentar el contenido.
    • Revisa la fecha de publicación para verificar que la información es actual y relevante.
    • Pregunta si es una broma para confirmar cuando lees sátiras.
    • Evalúa tu parcialidad para ver si el contenido afecta tu juicio.
    • Pregúntale a expertos que confirmen la noticia.

La mejor forma para combatir las fake news es compartir la responsabilidad por crear medios digitales éticos. Todos influenciamos a nuestras conexiones web. No podemos engañarlos para ganar likes o seguidores.

Auditoría del conocimiento

Es vital librarnos de la infoxicación para mejorar nuestra productividad. Para lograrlo, debemos crear filtros personalizados para no atiborrarnos con datos inútiles. Aquí van algunas recomendaciones para lograrlo:

  1. Define tu información crítica. Es imposible mantenernos al día en todos los temas. Tenemos que seleccionar los datos de los que no podemos prescindir. Lo recomendable es elegir 5 tema fundamentales para estar bien informado en las tendencias de tu profesión.
  2. Aprende a buscar. Consume contenido confiable y de mayor calidad. Puedes hacer mucho más con poca información, que sea útil, que consultando decenas de fuentes de calidad mediana. Crea un proceso de búsqueda que responda: ¿dónde y cómo buscar? ¿cómo gestionar, filtrar y usar la información más casual?
  3. Dile adiós al just in case. ¿Cuánto tiempo le dedicas a revisar los sitios que guardaste “para leerlo después”, o por si lo necesitas algún día? Elimina esa práctica; al final, puedes volver a consultar la web cuando realmente necesites hacerlo.

Elimina la ‘infoxicación’ y transfórmate en un gestor del conocimiento. En WOM podemos ayudarte a crear una estrategia de marketing integral. Te ayudaremos a enamorar a tus clientes con tu servicio, dándoles datos claros, concisos y valiosos para su vida. No dejes pasar más tiempo y con gusto, podemos darte una asesoría gratis. 

 

Con apoyo de IFLA, dailydot y Harvard Business Review

 

Acerca Esteban Muñoz

Escritor, editor y traductor, ha sido publicado en la revista Folios del IEPC. Se ha desempeñado como como corrector de estilo en Editorial Universitaria, y como Editor Asociado y Director Editorial (respectivamente) en la revista Mejores Prácticas Corporativas. También fue Content Manager en WOM GP.