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El Internet de las cosas: ¿el futuro ya está aquí?

Después de los dispositivos móviles, la era digital busca elevar el concepto de realidad aumentada a un nivel más íntimo, con tecnología incorporada en objetos tan cotidianos como nuestros autos, o nuestro ropa. A esto se le llama Internet de las Cosas.

Hace pocos días, Ralph Lauren Corporation se sumó al desarrollo de prendas tecnológicas inteligentes (o wearable technology, en inglés), con PoloTech Shirt. Esta prenda incorpora fibras de plata, intercaladas entre la tela ‘normal’ de la camiseta, que funcionan como un acelerómetro 3D integrado.

El resultado es una pieza de vestir diseñada con tecnología biométrica de vanguardia, capaz de monitorear la salud de su portador. En conexión con la app PoloTech (disponible en Apple Store), esta camisa inteligente puede registrar el ritmo cardíaco; las calorías quemadas después de una rutina de ejercicio; los niveles de estrés; y la cantidad de pasos caminados por el usuario.

El lanzamiento de esta camiseta deportiva inteligente (la primera para este gigante de la industria de la moda), es solo un ejemplo de lo que expertos del ‘internet de las cosas’ (o IoT [Internet of things], por sus siglas en inglés) como Christian Deilmann, CEO de tado°, predicen que definirá la innovación tecnológica del futuro: “Cada hogar conectará un dispositivo al internet de las cosas, en cuatro años”.

Internet de las Cosas

La realidad aumentada ya no es un sueño

A pesar de que es un término que cada vez toma más relevancia en los medios, todavía es difícil encontrar un espacio común para el ‘internet de las cosas’. En su explicación más sencilla, este concepto se refiere a la conexión de productos u objetos cotidianos a la web, para que funcionen de manera autónoma.

Para lograr eso, las ‘cosas’ incorporan hardware especializado a sus diseños tradicionales, que les permiten conectarse a internet y programar eventos específicos para realizar (en función de las tareas que les sean dictadas remotamente).

Gracias a su conexión con la web, nuestras actividades cotidianas serán cada vez más sencillas y prácticas de realizar. Y mientras más sucede esto, también empezaremos a adoptar nuevos hábitos de consumo. Por ejemplo, los servicios de car-sharing como Uber han generado una aceptación tan rápida y positiva, que el awareness y la fidelidad hacia la marca por parte de sus usuarios suceden casi de manera simultánea. Uber ha logrado esto gracias a la conectividad de nuestros smartphonesc on los automóviles, reservados para un trayecto específico y personalizado.

Otros modelos recientes del internet de las cosas son Tado°, una app que conecta y administra cualquier tipo de sistema de calefacción —al detectar cuando una persona entra o sale de su vivienda, para activar o suspender su funcionamiento, respectivamente—; y una nueva máquina expendedora de Oreo, que permite cocinar e imprimir galletas personalizadas (con 12 opciones de sabores y colores distintos) desde una impresora 3D.

Internet de las Cosas

Nuevas interacciones, mejores experiencias

Conforme la innovación tecnológica y los objetos cotidianos se unan en un solo escenario, las compañías deberán crear experiencias positivas que generen valor para los consumidores, y que sean dignas de compartirse con otros usuarios. Algunos de sus retos principales son:

  • La comunicación entre los dispositivos creados por distintos fabricantes: De acuerdo con Christian Deilmann, “en este momento hay mucha gente en el ámbito del internet de las cosas que tiene sus propios protocolos, pero está claro que el lenguaje será el protocolo de internet. No importa si es un smartphone, una PC, Google Glass o un automóvil. Todos ellos tendrán una dirección IP propia, que se ajustarán al protocolo estándar de la red (que probablemente sea fijado por el Cuerpo Especial de Ingeniería de Internet [Internet Engineering Task Force])”.

 

  • Los límites de privacidad establecidos en los productos: Pamela Wright, presidenta de innovación en los Archivos Nacionales de Estados Unidos asegura que “las mentiras socialmente aceptables de antes serán más difíciles de mantener, o casi imposibles, porque estarás constantemente acechado y bajo monitoreo, a través de internet. […] Conoceremos mucho más sobre nuestra sociedad gracias a los datos estadísticos que surgen de los dispositivos informáticos de vestir y del internet de las cosas”.

Sin embargo, no hay duda de que los beneficios serán mayores a los riesgos. Así lo espera Rob Atkinson, presidente de la Fundación de Informática e Innovación: “El mayor impacto no será en la informática de vestir, sino en el mundo físico que estará conectado a Internet. Cuando el mundo se vuelve más inteligente, cosas como la transportación, la infraestructura, la logística y la salud pública, mejorarán. “No creo que habrá dificultades sociales, sólo políticas, ya que habrá personas que se opondrán a estas tecnologías”.

Por lo pronto, y mientras que una nueva legislación surge para proteger a los usuarios, disfrutemos de la etapa en la que se encuentra el Internet de las cosas. Si deseas adquirir la nueva Polo TechShirt y elevar tu rendimiento deportivo, podrás hacerlo a través del sitio oficial de la marca.

Acerca Karla Montes

Karla tiene más de 15 años de experiencia en el mundo del Marketing. Se graduó en el Tec de Monterrey y ha trabajado para compañías como Coca-Cola y Fiji-Water. Además de escribir blogs, encuentra en la creatividad y el marketing de contenidos el centro de la estrategia para unir marcas con audiencias. Fan de la comida y las historias con huella, acompañadas de un buen café.